El Sentimiento es el Secreto
El Sentimiento es el Secreto Aggiornado
Prologo
Lo que tienes en tus manos, es un manual de operaciones. No es un libro de filosofía abstracta, es una guía práctica sobre el arte de materializar tus deseos. Te voy a mostrar el mecanismo interno, el "software", que usas constantemente para crear el mundo que ves a tu alrededor. Es breve, sí, pero su valor no se mide en páginas. Aquí dentro hay un tesoro: un camino claro y directo para que tus sueños dejen de ser sueños y se conviertan en tu realidad tangible.
Mira, si pudiera convencerte usando largos argumentos lógicos y un sinfín de ejemplos, este texto sería una enciclopedia. Pero sé que eso no funciona. La mente humana es escéptica por naturaleza. Siempre podrías pensar: "este Neville estaba loco, o se engañaba a sí mismo, o sus ejemplos son pura coincidencia". Sería una pérdida de tiempo para ambos.
Por eso, he decidido saltarme toda la paja. No encontrarás aquí argumentos para debatir ni historias de otros para que las creas a ciegas. En su lugar, te lanzo un desafío directo, a ti, que tienes la mente abierta: atrévete a poner en práctica la ley de la conciencia que te voy a desvelar. Tu propio éxito, los resultados que verás en tu propia vida, serán una prueba mil veces más poderosa que cualquier libro que yo o cualquier otra persona pueda escribir.
Capítulo 1: La Ley y su Funcionamiento
Vamos al grano. El mundo que te rodea, con cada persona, cada objeto y cada circunstancia, no es más que una proyección de tu propia conciencia. Imagina que tu conciencia es un proyector 3D de altísima tecnología, y el mundo es la película que se proyecta. Tu conciencia es la causa y la sustancia de todo lo que existe.
Así que, si quieres descubrir el secreto de la creación, si quieres cambiar la película, no tienes que mirar a la pantalla. Tienes que mirar al proyector. Tienes que ir a tu propia conciencia.
Entender cómo funciona esta ley te dará la capacidad de conseguir todo lo que desees en la vida. No es una metáfora. Con el conocimiento práctico de esta ley, puedes construir y mantener el mundo ideal que elijas.
Tu conciencia es la única y absoluta realidad. Para que lo entiendas mejor, visualízala como un sistema operativo con dos componentes principales: la mente consciente y la mente subconsciente. Para usar este sistema a tu favor, es vital que entiendas la relación entre ambas.
La Mente Consciente: Piensa en ella como el usuario del sistema. Eres tú, ahora mismo, leyendo esto. Es personal, es la que elige, la que piensa, la que razona. Es la que está en el "mundo de afuera", el mundo de los efectos. Podríamos decir que es el programador.
La Mente Subconsciente: Esta es la parte profunda, el sistema operativo en sí mismo. Es totalmente impersonal, no juzga, no elige. Es el reino de la causa. No le importa si el programa que le instalas es un virus o la mejor aplicación del mundo. Simplemente lo ejecuta. Es el espacio creativo, el útero donde todo se gesta.
El proceso es siempre el mismo:
- La mente consciente (el programador) genera una idea.
- Esta idea se imprime o se instala en la mente subconsciente.
- La mente subconsciente (el sistema operativo) recibe la idea, la acepta como una orden y le da forma, la expresa, la materializa en tu mundo.
Bajo esta ley, absolutamente todo se crea a partir de tu conciencia. No hay otra manera. La mente consciente imprime, y la subconsciente expresa.
Es crucial que entiendas esto: tu mente subconsciente no crea ideas por sí misma. Acepta como verdad absoluta aquello que tu mente consciente siente que es verdad. Y de una forma que va más allá de nuestra lógica, materializa esas ideas aceptadas.
Por lo tanto, tú tienes el control total sobre la creación a través de tu poder de imaginar y, sobre todo, de sentir. El control de tu vida se reduce al control de tus ideas y tus sentimientos. El verdadero mecanismo de la creación está oculto en la profundidad de tu subconsciente.
Tu subconsciente no razona como tú. No funciona con lógica ni con pruebas. Para él, un sentimiento es un hecho. Si tú sientes algo profundamente, tu subconsciente lo registra como una realidad consumada y, partiendo de esa base, se pone a trabajar para manifestarlo. El ciclo creativo siempre es: una idea que se transforma en un sentimiento, y ese sentimiento culmina en una acción o manifestación.
Capítulo 2: El Sueño
El sueño. Esa actividad que ocupa un tercio de tu vida en este planeta, es la puerta de entrada natural a tu subconsciente, a tu centro de programación.
Así que vamos a hablar del sueño. La calidad de los dos tercios de tu vida que pasas despierto se mide por el grado de atención que le das al sueño. Cuando entiendas el regalo que el sueño te ofrece, esperarás cada noche para ir a la cama como si tuvieras una cita con la persona que más amas.
"En un sueño, en una visión nocturna, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, mientras duermen en sus lechos; entonces Él abre el oído de los hombres y sella su instrucción".
Es en el sueño, y en la oración (que es un estado muy similar al sueño), donde entras a tu subconsciente para hacer tus grabaciones y recibir tus instrucciones. En estos estados, tu mente consciente y subconsciente se unen creativamente. Lo masculino y lo femenino se hacen uno. El sueño es el momento en que tu mente consciente se aleja del ruidoso mundo de los sentidos para buscar a su amante, su yo subconsciente.
Y tu subconsciente, a diferencia de una pareja en el mundo que a menudo quiere cambiar al otro, no desea cambiar tu estado consciente. Lo ama tal como es, y reproduce fielmente su imagen en el mundo exterior.
Las condiciones y los eventos de tu vida son tus hijos, formados a partir de los moldes que son tus grabaciones subconscientes hechas durante el sueño. Se crean a imagen y semejanza de tu sentimiento más íntimo, para que puedas verte a ti mismo.
"Como es en el cielo, así es en la tierra". O, como me gusta decirlo: Como es en tu subconsciente, así es en tu mundo.
Aquello que tienes en tu conciencia mientras te duermes es la medida de lo que expresarás en tu vida despierta.
Nada te impide alcanzar tu objetivo, excepto tu incapacidad de sentir que ya eres lo que deseas ser, o que ya posees lo que buscas. Tu mente profunda solo da forma a tus deseos cuando tú sientes que tu deseo ya está cumplido.
La inconsciencia del sueño es el estado normal del subconsciente. Y como todo viene de tu interior, y tu concepto de ti mismo determina lo que viene, debes sentir siempre el deseo cumplido antes de dormirte.
Nunca extraes de tu interior lo que quieres; siempre extraes lo que eres. Y tú eres aquello que sientes que eres, así como aquello que sientes como verdadero de los demás.
Para que tu deseo se realice, debe transformarse en el sentimiento de ser, tener o presenciar el estado que buscas. Esto se logra asumiendo el sentimiento del deseo cumplido. El sentimiento que surge en ti cuando te preguntas: "¿Cómo me sentiría si mi deseo ya fuera real?", ese es el sentimiento que debe ocupar toda tu atención mientras te relajas para dormir. Debes estar en la conciencia de ser o tener lo que quieres ser o tener antes de caer dormido.
Una vez que te duermes, ya no tienes libertad de elección. Tu sueño entero estará dominado por el último concepto que tenías de ti mismo estando despierto.
Por lo tanto, la conclusión es obvia: siempre debes asumir el sentimiento de logro y satisfacción antes de retirarte a dormir. "Venid ante mí con cánticos y acción de gracias". "Entrad por sus puertas con acción de gracias, y en sus atrios con alabanza". Tu estado de ánimo antes de dormir define tu estado de conciencia cuando entras en la presencia de tu amante eterno, el subconsciente.
Él (o ella, como prefieras verlo) te ve exactamente como tú te sientes. Si, mientras te preparas para dormir, asumes y mantienes la conciencia de éxito sintiendo "YO SOY exitoso", entonces debes tener éxito. Acuéstate de espaldas, con la cabeza al mismo nivel que tu cuerpo. Siente como si ya estuvieras en posesión de tu deseo y relájate en silencio hasta caer en la inconsciencia.
"El que guarda a Israel no se adormecerá ni dormirá". Sin embargo, "a su amado dará el sueño".
Tu subconsciente nunca duerme. El sueño es la puerta a través de la cual tu mente consciente pasa para unirse creativamente con el subconsciente.
El sueño oculta el acto creativo, mientras que el mundo objetivo lo revela.
En el sueño, grabas en tu subconsciente tu concepto de ti mismo.
¿Hay una descripción más hermosa de este romance entre lo consciente y lo subconsciente que la que se cuenta en el "Cantar de los Cantares"?: "Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma... Lo hallé, y no lo dejaré, hasta que lo haya metido en casa de mi madre, y en la cámara de la que me concibió".
Al prepararte para dormir, te sientes en el estado del deseo cumplido. Ese es "el que ama tu alma". Por la noche, en tu cama, buscas ese sentimiento para poder llevarlo contigo a la "cámara de la que te concibió", al sueño, al subconsciente que te dio forma, para que este deseo también pueda expresarse.
Esta es la manera de descubrir y llevar tus deseos a tu subconsciente. Siéntete en el estado del deseo cumplido y luego, tranquilamente, déjate llevar por el sueño.
Noche tras noche, debes asumir el sentimiento de ser, tener y presenciar aquello que buscas ser, poseer y ver manifestado. Nunca te vayas a dormir sintiéndote desanimado o insatisfecho. Nunca te duermas en la conciencia del fracaso.
Tu subconsciente, cuyo estado natural es el sueño, te ve como tú crees que eres. Y sea bueno, malo o indiferente, encarnará fielmente tu creencia.
Con el sentimiento lo impresionas; y él, el amante perfecto, da forma a estas impresiones y las manifiesta como los hijos de su amado.
"Tú eres toda hermosa, amor mío, y en ti no hay mancha" es la actitud mental que debes adoptar antes de dormir.
Ignora las apariencias externas y siente que las cosas son como deseas que sean, porque "Él llama a las cosas que no son, como si fuesen", y lo invisible se vuelve visible. Asumir el sentimiento de satisfacción es convocar a las condiciones que reflejan satisfacción.
Las señales vienen después, no antes.
La prueba de que eres algo seguirá a la conciencia de que ya lo eres; no la precederá.
Eres un soñador eterno soñando sueños no eternos. Tus sueños toman forma a medida que asumes el sentimiento de su realidad.
No te limites por tu pasado. Sabiendo que nada es imposible para la conciencia, empieza a imaginar estados que están más allá de tus experiencias pasadas.
Todo lo que la mente del hombre puede imaginar, el hombre lo puede realizar. Todos los estados visibles fueron primero estados invisibles, y tú los hiciste visibles al asumir el sentimiento de su realidad.
El proceso creativo es, primero, imaginar, y luego, creer en el estado imaginado. Siempre imagina y espera lo mejor.
El mundo no puede cambiar hasta que tú cambies tu concepción de él. "Como es adentro, es afuera".
Las naciones, al igual que las personas, son solo lo que tú crees que son. No importa cuál sea el problema, no importa dónde esté ni a quién concierna, no tienes a nadie a quien cambiar más que a ti mismo. Y no tienes ningún oponente ni ayudante en esa tarea. No tienes nada más que hacer que convencerte a ti mismo de la verdad de lo que deseas ver manifestado.
Tan pronto como logras convencerte de la realidad del estado que buscas, los resultados siguen para confirmar tu creencia fija. Nunca le sugieras a otra persona el estado que deseas que exprese; en cambio, convéncete a ti mismo de que él ya es lo que deseas que sea.
La realización de tu deseo se logra asumiendo el sentimiento del deseo cumplido. No puedes fallar, a menos que falles en convencerte de la realidad de tu deseo. Un cambio de creencia se confirma con un cambio de expresión.
Cada noche, al irte a dormir, siéntete satisfecho e impecable, porque tu amante subjetivo siempre forma el mundo objetivo a imagen y semejanza de tu concepción de él, una concepción definida por tu sentimiento.
Los dos tercios de tu vida que pasas despierto no hacen más que corroborar tus grabaciones subconscientes. Las acciones y eventos del día son los efectos, no las causas. El libre albedrío es solo la libertad de elección.
"Escoge hoy a quién servirás" es tu libertad para elegir el tipo de estado de ánimo que asumes. Pero la expresión de ese estado de ánimo es el secreto del subconsciente.
El subconsciente recibe impresiones solo a través de tus sentimientos y, de una manera que solo él conoce, les da forma y expresión.
Las acciones de un hombre están determinadas por sus grabaciones subconscientes. Su ilusión de libre albedrío, su creencia en la libertad de acción, no es más que ignorancia de las causas que le hacen actuar. Se cree libre porque ha olvidado el vínculo entre él y el evento.
El hombre despierto está obligado a expresar sus grabaciones subconscientes. Si en el pasado se grabó a sí mismo de manera imprudente, entonces que empiece a cambiar su pensamiento y su sentimiento, porque solo así cambiará su mundo. No pierdas ni un momento en el arrepentimiento, porque pensar con sentimiento en los errores del pasado es reinfectarte. "Deja que los muertos entierren a sus muertos". Apártate de las apariencias y asume el sentimiento que sería tuyo si ya fueras el que deseas ser.
Sentir un estado produce ese estado.
El papel que juegas en el escenario del mundo está determinado por tu concepción de ti mismo.
Al sentir tu deseo cumplido y relajarte tranquilamente para dormir, te estás eligiendo para un papel estelar que interpretarás en la Tierra mañana. Y, mientras duermes, eres ensayado e instruido en tu parte.
La aceptación del fin automáticamente crea los medios para la realización. No te equivoques con esto. Si, mientras te preparas para dormir, no te sientes conscientemente en el estado del deseo cumplido, entonces te llevarás contigo a la cámara de la que te concibió la suma total de las reacciones y sentimientos de tu día. Y mientras duermes, serás instruido en la forma en que se expresarán mañana. Te levantarás creyendo que eres un agente libre, sin darte cuenta de que cada acción y evento del día está predeterminado por tu concepto de ti mismo al quedarte dormido. Tu única libertad, entonces, es tu libertad de reacción. Eres libre de elegir cómo te sientes y reaccionas al drama del día, pero el drama —las acciones, eventos y circunstancias del día— ya ha sido determinado.
A menos que definas consciente y deliberadamente la actitud mental con la que te vas a dormir, te vas a dormir inconscientemente con la actitud mental compuesta por todos los sentimientos y reacciones del día. Cada reacción causa una impresión subconsciente y, a menos que sea contrarrestada por un sentimiento opuesto y más dominante, es la causa de la acción futura.
Las ideas envueltas en sentimiento son acciones creativas. Usa tu derecho divino sabiamente. A través de tu capacidad de pensar y sentir, tienes dominio sobre toda la creación.
Mientras estás despierto, eres un jardinero seleccionando semillas para tu jardín. Pero "si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto". Tu concepción de ti mismo mientras te duermes es la semilla que dejas caer en el suelo del subconsciente. Quedarte dormido sintiéndote satisfecho y feliz obliga a que las condiciones y eventos aparezcan en tu mundo para confirmar esas actitudes mentales.
El sueño es la puerta al cielo. Lo que llevas contigo como un sentimiento, lo traes de vuelta como una condición, una acción o un objeto en el espacio. Así que duerme en el sentimiento del deseo cumplido.
Capítulo 3: La Oración
La oración, al igual que el sueño, es otra puerta de entrada a tu subconsciente, a tu centro de programación.
"Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público".
La oración, en su esencia, es una ilusión de sueño. Es un estado que reduce la impresión del mundo exterior y hace que tu mente sea mucho más receptiva a las sugerencias que vienen de adentro. La mente en oración está en un estado de relajación y receptividad muy similar al que alcanzas justo antes de quedarte dormido.
Orar no se trata tanto de lo que pides, sino de cómo te preparas para recibirlo. "Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá".
La única condición requerida es que creas que tus oraciones ya han sido respondidas.
Tu oración será respondida si asumes el sentimiento que sería tuyo si ya estuvieras en posesión de tu objetivo. En el momento en que aceptas tu deseo como un hecho consumado, tu subconsciente encuentra los medios para su realización. Por lo tanto, para orar con éxito, debes rendirte al deseo, es decir, sentir el deseo cumplido.
La persona que ha disciplinado su mente está siempre alineada con su deseo como un hecho ya realizado.
Sabe que la conciencia es la única realidad, que las ideas y los sentimientos son hechos de la conciencia, tan reales como los objetos en el espacio. Por lo tanto, nunca alberga un sentimiento que no contribuya a su felicidad, porque los sentimientos son las causas de las acciones y circunstancias de su vida.
Por otro lado, a la persona indisciplinada le resulta difícil creer en aquello que sus sentidos niegan. Generalmente, acepta o rechaza las cosas basándose únicamente en las apariencias. Debido a esta tendencia a confiar en la evidencia de los sentidos, es necesario que los excluyas antes de empezar a orar, antes de intentar sentir lo que ellos niegan.
Cada vez que estés en el estado mental de "me gustaría, pero no puedo", cuanto más te esfuerces, menos podrás rendirte al deseo. Nunca atraes lo que quieres, siempre atraes lo que eres consciente de ser.
La oración es el arte de asumir el sentimiento de ser y tener lo que quieres.
Cuando tus sentidos confirman la ausencia de tu deseo, todo esfuerzo consciente para contrarrestar esa sugerencia es inútil y solo tiende a intensificarla.
La oración es el arte de rendirse al deseo, no de forzarlo. Siempre que tu sentimiento entre en conflicto con tu deseo, el sentimiento será el vencedor. El sentimiento dominante invariablemente se expresa. La oración debe ser sin esfuerzo. Al intentar fijar una actitud mental que es negada por los sentidos, el esfuerzo es fatal.
Para rendirte con éxito al deseo como un hecho consumado, debes crear un estado pasivo, una especie de ensoñación o reflexión meditativa, similar a la sensación que precede al sueño. En un estado tan relajado, la mente se desconecta del mundo objetivo y puede sentir fácilmente la realidad de un estado subjetivo. Es un estado en el que eres consciente y capaz de moverte o abrir los ojos, pero simplemente no tienes ganas de hacerlo. Una forma fácil de crear este estado es relajarte en un sillón cómodo o en la cama. Si estás en la cama, acuéstate de espaldas, con la cabeza al nivel de tu cuerpo, cierra los ojos e imagina que tienes sueño. Siente: "Tengo sueño, mucho sueño, tanto sueño".
En poco tiempo, una sensación de lejanía, acompañada de una lasitud general y la pérdida de todo deseo de moverte, te envolverá. Sientes un descanso placentero y cómodo y no estás dispuesto a cambiar de posición. Cuando alcances este estado pasivo, imagina que has realizado tu deseo. No pienses en cómo se realizó, sino simplemente en el deseo ya cumplido. Imagina en forma de imágenes lo que deseas lograr en la vida; luego, siéntete como si ya lo hubieras logrado. Los pensamientos producen pequeños movimientos del habla que, en el estado pasivo de la oración, pueden oírse como si fueran pronunciaciones que vienen de fuera. Sin embargo, este grado de pasividad no es esencial para la realización de tus oraciones. Todo lo que se necesita es crear un estado pasivo y sentir el deseo cumplido.
Todo lo que puedas necesitar o desear ya es tuyo. No necesitas a ningún ayudante que te lo dé; es tuyo ahora. Llama a tus deseos a la existencia imaginando y sintiendo tu deseo como cumplido. A medida que aceptas el fin, te vuelves totalmente indiferente ante un posible fracaso, porque la aceptación del fin crearálos medios para ese fin. Cuando sales del momento de la oración, es como si te hubieran mostrado el final feliz y exitoso de una obra de teatro, aunque no te hayan mostrado cómo se llegó a ese final. Sin embargo, habiendo presenciado el final, independientemente de cualquier secuencia anticlimática, permaneces tranquilo y seguro, sabiendo que el final ha sido perfectamente definido.
Capítulo 4: Espíritu - Sentimiento
"No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor de los ejércitos".
Entra en el "espíritu" del estado deseado asumiendo el sentimiento que sería tuyo si ya fueras la persona que quieres ser. A medida que capturas el sentimiento del estado que buscas, te liberas de todo esfuerzo por hacerlo realidad, porque ya lo es.
Hay un sentimiento definido asociado a cada idea en la mente del hombre. Captura el sentimiento asociado con tu deseo realizado. Asume el sentimiento que sería tuyo si ya estuvieras en posesión de lo que deseas, y tu deseo se materializará.
La fe es sentimiento. "Conforme a vuestra fe (vuestro sentimiento) os sea hecho". Nunca atraes lo que quieres; siempre atraes lo que eres. Tal como un hombre es, así ve. "Al que tiene, se le dará más; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará". Lo que sientes que eres, eso eres. Y se te da aquello que eres. Así que asume el sentimiento que sería tuyo si ya estuvieras en posesión de tu deseo, y tu deseo deberealizarse.
"Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó". "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse". Eres lo que crees que eres.
En lugar de creer en un Dios o en un Jesús, cree que tú eres Dios, que tú eres Jesús. La promesa "El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también" se traduce como: "Aquel que cree como yo creo, las obras que yo hago, él también las hará". Para Jesús no era extraño hacer las obras de Dios, porque él creía que era Dios. "Yo y el Padre uno somos". Es natural hacer las obras de aquel que crees que eres.
Así que vive en el sentimiento de ser el que quieres ser, y lo serás.
Cuando una persona cree en el valor del consejo que se le da y lo aplica, establece dentro de sí misma la realidad del éxito.
El Sentimiento Es El Secreto Aggiornado Narrado
El Sentimiento Es El Secreto Original Año 1944
Prologo
ESTE libro trata sobre el arte de realizar tu deseo. Te da una cuenta del mecanismo utilizado en la producción del mundo visible. Es un libro pequeño pero no ligero. Hay un tesoro en él, un camino claramente definido para la realización de tus sueños.
Si fuese posible llevar la convicción a otro por medio de argumentos razonados e instancias detalladas, este libro sería muchas veces más grande. Sin embargo, rara vez es posible hacerlo por medio de declaraciones o argumentos escritos, ya que para el juicio suspendido siempre parece plausible decir que el autor fue deshonesto o iluso y, por lo tanto, su evidencia fue contaminada.
En consecuencia, he omitido deliberadamente todos los argumentos y testimonios, y
simplemente desafío al lector de mente abierta a practicar la ley de la conciencia como se revela en este libro. El éxito personal resultará mucho más convincente que todos los libros que podrían escribirse sobre el tema.
Capitulo 1 : La Ley y su operación
EL mundo, y todo dentro de él, es la conciencia condicionada del hombre objetivada. La conciencia es la causa y la sustancia del mundo entero.
Así que es a la conciencia a la que debemos recurrir si queremos descubrir el secreto de la creación.
El conocimiento de la ley de la conciencia y el método de operar esta ley te permitirá lograr todo lo que desees en la vida. Armado con un conocimiento práctico de esta ley, tú puedes construir y mantener un mundo ideal.
La conciencia es la única realidad, no figurativamente, sino realmente. En aras de la claridad, esta realidad puede compararse con una corriente que se divide en dos partes, la consciente y la subconsciente. Para operar inteligentemente la ley de la conciencia, es necesario comprender la relación entre el consciente y el subconsciente.
La consciente es personal y selectiva; la subconsciente es impersonal y no selectiva. La consciente es el reino del efecto; la subconsciente es el reino de la causa. Estos dos aspectos son las divisiones masculina y femenina de la conciencia. El consciente es masculino; el subconsciente es femenino.
El consciente genera ideas e imprime estas ideas en el subconsciente; el subconsciente recibe ideas y les da forma y expresión. Según esta ley, primero concebir una idea y luego imprimir la idea concebida en el subconsciente, todas las cosas evolucionan fuese de la conciencia; y sin esta secuencia, no hay algo hecho que sea hecho. El consciente impresiona al subconsciente, mientras que el subconsciente expresa todo lo que está impreso en él.
El subconsciente no origina ideas, sino que acepta como verdaderas aquellas que la mente consciente siente como verdaderas y, de una manera conocida sólo por sí misma, objetiva las ideas aceptadas. Por lo tanto, a través de su poder para imaginar y sentir y su libertad para elegir la idea que entretendrá, el hombre tiene control sobre la creación. El control del subconsciente se logra mediante el control de tus ideas y sensaciones. El mecanismo de creación está oculto en la profundidad misma del subconsciente, el aspecto femenino o matriz de la creación.
El subconsciente trasciende la razón y es independiente de la inducción. Contempla una sensación como un hecho que existe en su interior y sobre esta asunción procede a darle expresión. El proceso creativo comienza con una idea y su ciclo sigue su curso como una sensación y culmina en una voluntad de actuar.
Las ideas se imprimen en el subconsciente por medio de la sensación. No se puede imprimir ninguna idea en el subconsciente hasta que se sienta, pero una vez que se siente, ya sea bueno, malo o indiferente, debe expresarse.
La sensación es el único medio a través del cual las ideas se transmiten al subconsciente. Por lo tanto, el hombre que no controla sus sensaciones puede impresionar fácilmente al subconsciente con estados indeseables. Por control de las sensaciones no se entiende la restricción o la supresión de tus sensaciones, sino más bien la disciplina de uno mismo para imaginar y entretener sólo las sensaciones que contribuyen a tu felicidad.
El control de tus sensaciones es muy importante para una vida plena y feliz. Nunca entretengas una sensación indeseable, ni pienses con simpatía sobre lo erróneo en cualquier forma. No te detengas en la imperfección tuya o de los demás. Hacerlo es impresionar al subconsciente con estas limitaciones. Lo que no deseas que se te haga a tí, no sientas que eso es hecho a tí o a otro. Esta es toda la ley de una vida plena y feliz. Todo lo demás son comentarios.
Cada sensación produce una impresión subconsciente y, a menos que sea contrarrestada por una sensación más poderosa de naturaleza opuesta, debe ser expresada.
La dominante de dos sensaciones es la expresada. Yo estoy sano es una sensación más fuerte que yo estaré sano. Sentir que yo seré es confesar que yo no lo soy. Yo soy es más fuerte que yo no soy. Lo que sientes que eres siempre domina lo que sientes que te gustaría ser; por lo tanto, para ser realizado, el deseo debe ser sentido como un estado que es en lugar de un estado que no es.
La sensación precede a la manifestación y es la base sobre la cual descansa toda manifestación. Ten cuidado con tus estados de ánimo y sensaciones, ya que existe una conexión ininterrumpida entre tus sensaciones y tu mundo visible. Tu cuerpo es un filtro emocional y lleva las marcas inconfundibles de tus emociones prevalentes. Las perturbaciones emocionales, especialmente las emociones reprimidas, son las causas de todo malestar. Sentir intensamente un agravio sin manifestar o expresar esa sensación es el comienzo de un malestar, mal-estar, tanto en el cuerpo como en el entorno. No albergues la sensación de pesar o fallo porque la frustración o distanciamiento de tu objetivo resulta en malestar.
Piensa sensacionalmente sólo en el estado que tú deseas realizar. Sentir la realidad del estado buscado, viviendo y actuando sobre esa convicción es el camino de todos los aparentes milagros. Todos los cambios de expresión se producen a través de un cambio de sensación. Un cambio de sensación es un cambio de destino. Toda creación ocurre en el dominio del subconsciente. Lo que debes adquirir, entonces, es un control reflexivo del funcionamiento del subconsciente, es decir, el control de tus ideas y sensaciones.
La casualidad o el accidente no son responsables de las cosas que te suceden, ni el destino predestinado es el autor de tu fortuna o desgracia. Tus impresiones subconscientes determinan las condiciones de tu mundo. El subconsciente no es selectivo; es impersonal y no hace acepción de personas (Hechos 10:34; Romanos 2:11). El subconsciente no está interesado por la verdad o la falsedad de tus sensaciones. Siempre acepta como verdadero -eso- que tú sientes que es verdad. Sentir es el consentimiento del subconsciente de la verdad de eso que es declarado ser verdadero. Debido a esta cualidad del subconsciente, no hay nada imposible para el hombre. Cualquier cosa que la mente del hombre pueda concebir y sentir como verdadera, el subconsciente puede y debe objetivar. Tus sensaciones crean el
patrón a partir del cual se crea tu mundo, y un cambio de sensación es un cambio de patrón.
(N.T.: Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepcion de personas. Hechos 10:34; Porque no hay acepcion de personas para con Dios. Romanos 2:11)
El subconsciente nunca deja de expresar -eso- que ha sido impreso en él. En el momento en que recibe una impresión, comienza a resolver los caminos de su expresión. Él acepta la sensación impresa en él, tu sensación, como un hecho existiendo dentro de él mismo e inmediatamente se dispone a producir en el mundo exterior u objetivo la semejanza exacta de esa sensación.
El subconsciente nunca altera las creencias aceptadas del hombre. Él las exterioriza hasta el último detalle, sean o no beneficiosas.
Para impresionar al subconsciente con el estado deseable, tú debes asumir la sensación que sería tuya si ya hubieras realizado tu deseo. Al definir tu objetivo, tú debes estar interesado solamente en el objetivo mismo. La manera de expresión o las dificultades involucradas no deben ser consideradas por ti. Pensar con sentidamente en algún estado lo impresiona en el subconsciente. Por lo tanto, si te ocupas en dificultades, barreras o retrasos, el subconsciente, por su naturaleza no-selectiva, acepta la sensación de dificultades y obstáculos como tu solicitud y procede a producirlos en tu mundo exterior.
El subconsciente es la matriz de la creación. Él recibe la idea en él mismo a través de las sensaciones del hombre. Nunca cambia la idea recibida, pero siempre le da forma. De ahí que el subconsciente exterioriza la idea a imagen y semejanza de la sensación recibida. Sentir un estado como sin esperanza o imposible es impresionar al subconsciente con la idea de fracaso.
Aunque el subconsciente sirve fielmente al hombre, no debe inferirse que la relación es la de un sirviente con un amo como se concibió antiguamente. Los antiguos profetas lo llamaron esclavo y sirviente del hombre. San Pablo lo personificó como una "mujer" y dijo: "La mujer debe estar sujeta al hombre en todo." (Efesios 5:24; también, 1 Corintios 14:34, Efesios 5:22, Colosenses 3:18, 1 Pedro 3: 1) El subconsciente sirve al hombre y fielmente da forma a sus sensaciones. Sin embargo, el subconsciente tiene un claro disgusto por la compulsión y responde a la persuasión más que a un comando; en consecuencia, se parece más a la amada esposa que al sirviente.
"El esposo es la cabeza de la esposa." (Efesios 5:23) Puede no ser cierto para el hombre y la mujer en su relación terrenal, pero es cierto para el consciente y el subconsciente, o los aspectos masculino y femenino de la conciencia. El misterio al que se refería Pablo cuando escribió: "Este es un gran misterio (5:32) ... El que ama a su esposa se ama a sí mismo (5:28)... Y los dos serán una sola carne (5:31)", es simplemente el misterio de la conciencia. La conciencia es realmente una e indivisa, pero por el bien de la creación parece estar dividida en dos. El aspecto consciente (objetivo) o masculino es realmente la cabeza y domina el aspecto subconsciente (subjetivo) o femenino.
Sin embargo, este liderazgo no es el del tirano, sino el del amante. Entonces, al asumir la sensación que sería tuya si ya estuvieses en posesión de tu objetivo, el subconsciente se mueve para construir la semejanza exacta de tu asunción.
Tus deseos no son subconscientemente aceptados hasta que tú asumes la sensación de su realidad, ya que sólo a través de la sensación una idea es subconscientemente aceptada y sólo a través de esta aceptación subconsciente es ésa idea alguna vez expresada. Es más fácil atribuir tus sensaciones a los acontecimientos en el mundo que admitir que las condiciones del mundo reflejan tus sensaciones. Sin embargo, es eternamente cierto que el exterior refleja el interior.
“Como dentro, así fuera” ("Como arriba, así abajo; como abajo, así arriba; como adentro, así afuera; como afuera, así adentro", "Correspondencia", el segundo de Los Siete Principios de Hermes Trismegisto).
"Un hombre no puede recibir nada a menos que le sea dado desde cielo." (Juan 3:27) y "El reino de los cielos está dentro de ti." (Lucas 17:21).
Nada viene de afuera; todas las cosas provienen del interior, del subconsciente.
Es imposible para tí ver otra cosa que no sean los contenidos de tu conciencia. Tu mundo en cada detalle es tu conciencia objetivada. Los estados objetivos dan testimonio de las impresiones subconscientes. Un cambio de impresión da como resultado un cambio de expresión.
El subconsciente acepta como verdadero lo que tú sientes como verdadero, y como la creación es el resultado de impresiones subconscientes, tú, a través de tú sensación, determinas la creación.
Tú ya eres -eso- que tú quieres ser, y tu negativa a creer esto es la única razón por la que tú no lo ves. Buscar en el exterior -eso- que tú no sientes que tú eres es buscar en vano,
porque nunca encontramos -eso- que queremos; encontramos sólo -eso- que somos.
En resumen, tú expresas y tienes sólo -eso- que tú eres consciente de ser o poseer. “Al que tiene, se le da.” (Mateo 13:12; 25:29; Marcos 4:25; Lucas 8:18; 19:26) Negar la evidencia de los sentidos y apropiarse de la sensación del deseo cumplido es el camino hacia la realización de tu deseo.
La maestría del autocontrol de tus pensamientos y sensaciones es tu mayor éxito. Sin embargo, hasta que un perfecto autocontrol sea alcanzado, de modo que, a pesar de las apariencias, tú sientas todo -eso- que tú quieres sentir, usa el sueño y la oración para ayudarte en la realización de tus estados deseados. Éstas son las dos puertas de entrada al subconsciente.
Capitulo 2: El Sueño
El SUEÑO, la vida que ocupa un tercio de nuestra estancia en la tierra, es la puerta natural al subconsciente. De modo que es el sueño con el que nosotros estamos ahora interesados. Los dos tercios conscientes de nuestra vida en la tierra se miden por el grado de atención que le damos al sueño. Nuestra comprensión y deleite de lo que el sueño tiene para ofrecernos nos provocará, noche tras noche, ir hacia él como si estuviéramos acudiendo a una cita con un amante.
“En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, durmiendo sobre la cama; entonces Él abre los oídos de los hombres y sella Su instrucción.” Job 33.
Es en el sueño y en la oración, un estado similar al sueño, que el hombre entra al subconsciente para hacer sus impresiones y recibir Sus instrucciones. En estos estados, el consciente y el subconsciente se unen creativamente. El hombre y la mujer se convierten en una sola carne. El sueño es el momento en que la mente masculina o consciente se aleja del mundo de los sentidos para buscar a su amante o ser subconsciente.
El subconsciente, a diferencia de la mujer del mundo que se casa con su esposo para cambiarlo, no desea cambiar el estado consciente y de vigilia, sino que lo ama como es y reproduce fielmente su semejanza en el mundo exterior de la forma. Las condiciones y eventos de tu vida son tus hijos formados a partir de los moldes de tus impresiones subconscientes en el sueño. Ellos, que están hechos a imagen y semejanza de tu sensación más íntima, pueden revelarte a ti mismo. "Como en el cielo, así también en la tierra." (Mateo 6:10; Lucas 11:2). Como en el subconsciente, así en la tierra. Lo que sea que tú tengas en consciencia mientras duermes es la medida de tu expresión en los dos tercios de tu vida en la tierra.
Nada te impide la realización de tu objetivo, salvo que falles en sentir que ya eres -eso- que tú deseas ser, o que tú ya estás en posesión de la cosa buscada. Tu subconsciente da forma a tus deseos sólo cuando tú sientes tu deseo cumplido.
La inconsciencia del sueño es el estado normal del subconsciente. Debido a que todas las cosas provienen de tu interior, y tu concepción de ti mismo determina -eso- que viene, siempre debes sentir el deseo cumplido antes de dormirte. Tú nunca sacas de lo profundo de ti mismo -eso- que quieres; siempre sacas -eso- que eres, y tú eres -eso- que tú mismo sientes que eres, así como -eso- que tú sientes como verdadero de los demás.
Para ser realizado, entonces, el deseo debe resolverse en la sensación de ser o tener o ser testigo del estado buscado. Esto se logra asumiendo la sensación del deseo cumplido. La sensación que surge en respuesta a la pregunta: "¿Cómo me sentiría si mi deseo se realizara?" Es la sensación que debería monopolizar e inmovilizar tu atención mientras te relajas para dormir. Debes estar consciente de ser o tener -eso- que quieres ser o tener antes de dormirte.
Una vez dormido, el hombre no tiene libertad de elección.
Todo su sueño está dominado por su último concepto de ser en vigilia.
Se deduce, por lo tanto, que él siempre debe asumir la sensación de cumplimiento y satisfacción antes de retirarse al sueño... "Ven delante de mí con canto y acción de gracias" (Salmo 95:2) "Entra en sus puertas con acción de gracias y en sus patios con alabanza.” (Salmo 100:4) Tu estado de ánimo antes de dormir define tu estado de conciencia cuando entras en la presencia de tu amante eterno, el subconsciente.
Ella te ve exactamente como te sientes. Si, mientras tu te preparas para dormir, asumes y mantienes la conciencia del éxito sintiendo "Tengo éxito", tú debes tener éxito. Acuéstate boca arriba con la cabeza al nivel de tu cuerpo. Siente como si estuvieses en posesión de tu deseo y relájate tranquilamente hacia inconsciencia.
“El que guarda a Israel no se adormecerá ni dormirá.” (Salmo 121:4) Sin embargo... "Él da a su amado en sueño." (Salmo 127:2)
El subconsciente nunca duerme. El sueño es la puerta a través de la cual lo consciente, la mente despierta pasa para unirse creativamente al subconsciente. El sueño oculta el acto creativo, mientras que el mundo objetivo lo revela. En el sueño, el hombre impresiona al subconsciente con su concepción de sí mismo.
¿Qué descripción más bella de este romance del consciente y el subconsciente existe que la que se cuenta en el "Cantar de los Cantares":
"Por la noche en mi cama busqué al que ama mi alma (3:1)... encontré al que mi alma ama, lo sostuve y no lo dejé ir, hasta que lo traje a la casa de mi madre, y a la cámara de ella que me concibió.” (3:4)
Preparándote para dormir, te sientes en el estado del deseo respondido y luego te relajas hacia la inconsciencia. Tu deseo realizado es aquel a quien buscas. Por la noche, en tu cama, buscas la sensación del deseo cumplido para llevarlo contigo a la cámara de ella que te concibió, al sueño o al subconsciente que te dio forma, para que este deseo también pueda ser dado a expresión.
Este es el camino para descubrir y conducir tus deseos al subconsciente. Siéntete en el estado del deseo realizado y tranquilamente déjate dormir.
Noche tras noche, debes asumir la sensación de ser, tener y ser testigo de -eso- que buscas ser, poseer y ver manifestado. Nunca te vayas a dormir sintiéndote desanimado o insatisfecho. Nunca duermas en la conciencia del fracaso.
Tu subconsciente, cuyo estado natural es el sueño, te ve como tú crees tú mismo ser, y ya sea bueno, malo o indiferente, el subconsciente encarnará fielmente tu creencia.
Así como tú sientes tú la impresionas; y ella, la amante perfecta,
da forma a estas impresiones y las exterioriza como los hijos de su amado.
“Toda tú eres hermosa, mi amor; no hay mancha en ti.” (Cantar de los Cantares 4:7) ...Es la actitud mental a adoptar antes de quedarte dormido.
Haz caso omiso de las apariencias y siente que las cosas son como tú deseas que sean, porque "Él llama a las cosas que no se ven como si fuesen, y lo invisible se hace visible." (Aprox., Romanos 4:17). Asumir la sensación de satisfacción es llamar a las condiciones a la existencia que reflejarán la satisfacción.
"Las señales siguen, no preceden."
La prueba de que eres seguirá a la conciencia de que eres; no la precederá.
Tú eres un soñador eterno que sueña sueños no-eternos.
Tus sueños toman forma cuando tú asumes la sensación de su realidad. No te limites al pasado.
Sabiendo que nada es imposible para la conciencia, comienza a imaginar estados más allá de las experiencias del pasado.
Cualquier cosa que la mente del hombre pueda imaginar, el hombre puede realizar. Todos los estados objetivos (visibles) fueron primero estados subjetivos (invisibles), y tú los llamaste a lo visible asumiendo la sensación de su realidad.
El proceso creativo es primero imaginar y luego creer en el estado imaginado. Siempre imagina y espera lo mejor.
El mundo no puede cambiar hasta que cambies tu concepción del mismo. "Como dentro, así fuera." (N.T.: Ver Mateo 23:26)
Las naciones, así como las personas, son sólo lo que crees que son. No importa cuál sea el problema, no importa dónde se encuentre, no importa a quién concierne, no tienes a nadie a quien cambiar sino a tí mismo, y no tienes oponente ni ayudante para lograr el cambio dentro de ti. Tú no tienes nada para hacer sino convencerte a tí mismo de la verdad de -eso- que tú deseas ver manifestado.
Tan pronto como logres convencerte de la realidad del estado buscado, los resultados seguirán para confirmar tu creencia fijada. Tú nunca sugieres a otro el estado que tú deseas verle expresar; en cambio, te convences de que él ya es -eso- que tú deseas que él sea.
La realización de tu deseo es lograda asumiendo la sensación del deseo cumplido. No puedes fallar a menos que no te convenzas de la realidad de tu deseo.
Un cambio de creencia es confirmado por un cambio de expresión.
Cada noche, cuando te vas a dormir, siéntete satisfecho e impecable, porque tu amante subjetivo siempre forma el mundo objetivo a imagen y semejanza de tu concepción de él, la concepción definida por tu sensación.
Las dos terceras partes de tu vida en la tierra siempre corroboran o dan testimonio de tus impresiones subconscientes. Las acciones y eventos del día son efectos, no son causas. El libre albedrío es sólo libertad de elección.
“Elige hoy a quién servirás.” (Josué 24:15) Es tu libertad para elegir el tipo de estado de ánimo que tú asumas; pero la expresión del estado de ánimo es el secreto del subconsciente.
El subconsciente recibe impresiones sólo a través de las sensaciones del hombre y, de una manera conocida sólo por él mismo, da a estas impresiones forma y expresión.
Las acciones del hombre están determinadas por sus impresiones subconscientes.
Su ilusión de libre albedrío, su creencia en la libertad de acción, no es más que la ignorancia de las causas que lo hacen actuar. Se cree libre porque ha olvidado el vínculo entre él mismo y el evento.
El hombre despierto se ve obligado a expresar sus impresiones subconscientes. Si en el pasado se impresionó imprudentemente, entonces que comience a cambiar sus pensamientos y sentimientos, porque sólo así lo hará, así él cambiará su mundo. No pierdas ni un momento en remordimiento, porque pensar sentidamente en los errores del pasado es reinfectarte a ti mismo. "Que los muertos entierren a los muertos." (Mateo 8:22; Luke 9:60) Aléjate de las apariencias y asume la sensación que sería tuya si ya fueses el que deseas ser.
Sentir un estado produce ese estado.
La parte que juegas en el escenario mundial está determinada por tu concepción de ti mismo.
Sintiendo tu deseo cumplido y relajándote tranquilamente en el sueño, te proyectas a tí mismo en un papel estelar que se interpretará en la tierra mañana, y, mientras duermes, tú eres entrenado e instruido en tu papel.
La aceptación del final automáticamente determina los medios de realización. No te confundas acerca de esto. Si, mientras te preparas para dormir, no te sientes conscientemente en el estado del deseo respondido, entonces tú llevarás a la cámara de ella, quien te concibió, la suma total de las reacciones y sensaciones del día de vigilia; y mientras duermes, recibirás instrucciones de la forma en que serán expresadas mañana. Te levantarás creyendo que eres un agente libre, sin darte cuenta de que cada acción y evento del día está predeterminado por tu concepto de tí mismo cuando te quedaste dormido. Tu única libertad, entonces, es tu libertad de reacción. Tú eres libre de elegir cómo te sientes y reaccionas ante el drama del día, pero el drama (las acciones, los eventos y las circunstancias del día) ya se han determinado.
A menos que consciente y deliberadamente definas la actitud mental con la que te vas a dormir, inconscientemente te vas a dormir en la actitud mental compuesta de todas las sensaciones y reacciones del día. Cada reacción produce una impresión subconsciente y, a menos que sea contrarrestada por una sensación opuesta y más dominante, es la causa de una acción futura.
Las ideas envueltas en sensaciones son acciones creativas. Usa tu derecho divino sabiamente. A través de tu capacidad de pensar y sentir, tienes dominio sobre toda la creación.
Mientras estás despierto, eres un jardinero que selecciona semillas para tu jardín, pero “Excepto que un grano de trigo caiga al suelo y muera, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.” (Juan 12:24) Tu concepción de ti mismo mientras te duermes es la semilla que dejas caer en el suelo del subconsciente. Dormirse sintiéndose satisfecho y feliz obliga a que aparezcan condiciones y eventos en tu mundo que confirman estas actitudes mentales.
El sueño es la puerta al cielo. Todo lo que tomes como una sensación, lo traes como una condición, acción u objeto en el espacio. Así que duerme en la sensación del deseo cumplido.
Capitulo 3 : Oracion
La ORACION, como el sueño, es también una entrada al subconsciente.
"Cuando ores, entra en tu habitación, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto y tu Padre que está en secreto te recompensará abiertamente." (Mateo 6:6).
La oración es una ilusión de sueño que disminuye la impresión del mundo exterior y hace que la mente sea más receptiva a la sugestión del interior. La mente en oración está en un estado de relajación y receptividad similar a la sensación alcanzada justo antes de dormirse.
La oración no es tanto lo que pides, sino cómo te preparas para su recepción.
"Lo que sea desees, cuando ores, cree que la has recibido, y la tendrás." (Marcos 11:24).
La única condición requerida es que creas que tus oraciones ya están realizadas.
Tu oración debe ser respondida si tú asumes la sensación que sería tuya si ya estuvieses en posesión de tu objetivo. En el momento en que aceptas el deseo como un hecho consumado, el subconsciente encuentra los medios para su realización. Para orar con éxito entonces, debes rendirte al deseo, es decir, sentir el deseo cumplido.
El hombre perfectamente disciplinado siempre está en sintonía con el deseo como un hecho consumado.
Él sabe que la conciencia es la única realidad, que las ideas y sensaciones son hechos de la conciencia y son tan reales como los objetos en el espacio; por lo tanto, nunca entretiene una sensación que no contribuye a su felicidad, porque las sensaciones son las causas de las acciones y circunstancias de su vida.
Por otro lado, al hombre indisciplinado le resulta difícil creer lo que los sentidos niegan y, por lo general, acepta o rechaza únicamente por las apariencias de los sentidos. Debido a esta tendencia a confiar en la evidencia de los sentidos, es necesario excluirlos antes de comenzar a orar, antes de intentar sentir -eso- que ellos niegan. Siempre que estés en el estado mental de "Me gustaría, pero no puedo", cuanto más lo intentes, menos podrás rendirte al deseo. Nunca atraes -eso- que quieres, sino siempre atraes -eso- que eres consciente de ser.
La oración es el arte de asumir la sensación de ser y tener lo que quieres.
Cuando los sentidos confirman la ausencia de tu deseo, todo esfuerzo consciente para contrarrestar esta sugestión es inútil y tiende a intensificar la sugestión.
La oración es el arte de rendirse al deseo y no de forzarlo. Siempre que tu sensación esté en conflicto con tu deseo, la sensación será la victoriosa. La sensación dominante se expresa invariablemente a sí misma. La oración debe ser sin esfuerzo. Al intentar fijar una actitud mental que es negada por los sentidos, el esfuerzo es fatal.
Para rendirse con éxito al deseo como un hecho consumado, se debe crear un estado pasivo, una especie de ensueño o reflexión meditativa similar a la sensación que precede al sueño. En tal estado de relajación, la mente se aleja del mundo objetivo y siente fácilmente la realidad de un estado subjetivo. Es un estado en el que tú estás consciente y eres bastante capaz de moverte o abrir los ojos, pero no deseas hacerlo. Una manera fácil de crear este estado pasivo es relajarte en una silla cómoda o en una cama. Si estás en una cama, acuéstate boca arriba con la cabeza al nivel de tu cuerpo, cierra los ojos e imagina que tú estás somnoliento. Siente: Tengo sueño, tanto sueño, mucho sueño.
En poco tiempo, una sensación de lejanía acompañada de una lasitud general y la pérdida de todo deseo de moverte te envuelve. Sientes un descanso agradable y confortable y no te inclinas a alterar tu posición, aunque en otras circunstancias no estarías del todo cómodo. Cuando este estado pasivo es alcanzado, imagina que has realizado tu deseo, no cómo éste fue realizado, sino simplemente el deseo cumplido. Imagina en forma de imagen lo que deseas lograr en la vida; entonces siente que ya lo has logrado. Los pensamientos producen pequeños movimientos de habla que pueden ser escuchados en el estado pasivo de oración como pronunciamientos desde afuera. Sin embargo, este grado de pasividad no es esencial para la realización de tus oraciones. Todo lo que es necesario es crear un estado pasivo y sentir el deseo cumplido.
Todo lo que puedas necesitar o desear ya es tuyo. No necesitas ayuda para dártelo; es tuyo ahora. Haz realidad tus deseos imaginando y sintiendo tu deseo cumplido. A medida que el final es aceptado, te vuelves totalmente indiferente ante el posible fracaso, ya que la aceptación del fin es el medio para ese fin. Cuando emerges del momento de la oración, es como si se te mostrara el final feliz y exitoso de una obra, aunque no se te mostró cómo ése final fue logrado. Sin embargo, habiendo presenciado el final, independientemente de cualquier secuencia anticlimática, permaneces tranquilo y seguro sabiendo que el final ha sido perfectamente definido.
Capitulo 4 : Espiritu- Sensacion
“NO con fuerza, ni con poder, sino con mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.” (Zacarías 4:6) Sumérgete en el espíritu del estado deseado asumiendo la sensación que sería tuya si ya fueses el que deseas ser. A medida que capturas la sensación del estado buscado, tú eres liberado de todo esfuerzo por lograrlo, porque ya es así. Hay una sensación definida asociada con cada idea en la mente del hombre. Captura la sensación asociada con tu deseo realizado asumiendo la sensación que sería tuya si ya estuvieses en posesión de lo que deseas, y tu deseo se objetivará.
La fe es sensación, “Conforme a tu fe (sensación) te sea hecho.” (Mateo 9:29). Nunca atraes lo que quieres, sino siempre -eso- que tú eres. Como es un hombre, así él ve. (N.T.: Ver Proverbios 23:7) "Al que tiene, se le dará, y al que no tiene, se le quitará..." (Mateo 13:12; 25:29; Marcos 4:25; Lucas 8:18; 19:26). -Ese- que sientes tú mismo ser, eres, y se te da -eso- que tú eres. Así que asume la sensación que sería tuya si ya estuvieses en posesión de tu deseo, y tu deseo debe ser realizado.
"Así que Dios creó al hombre a su propia imagen, a imagen de Dios Él lo creó." (Génesis 1:27) "Deja que esta mente sea en ti, la cual también estaba en Cristo Jesús, quien siendo en la forma de Dios, pensó que no era un robo ser igual a Dios." (Filipenses 2:5,6) Tú eres -ese- que tú mismo crees ser.
En lugar de creer en Dios o en Jesús, cree que eres Dios o que eres Jesús. "El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también." (Juan 14:12) Podría ser "El que cree como yo creo las obras que yo hago, él también las hará." A Jesús no le resultó extraño hacer las obras de Dios, porque se creía Dios. "Yo y Mi Padre somos uno." (Juan 10:30) Es natural hacer las obras de quien crees que eres. Así que vive en la sensación de ser el que quieres ser y -ése- tú serás.
Cuando un hombre cree en el valor del consejo que se le ha dado y lo aplica, establece dentro de sí mismo la realidad del éxito.